domingo, 12 de febrero de 2012

Recuerdos de la infancia: Indiana Jones y La Ultima Cruzada


Hay películas que aparte de su valor cinematográfico lo tienen también sentimental. Esta es sin duda una de ellas para mi.
Corría el año 1989 (me pongo en plan abuelo cebolleta), con 9 añitos mi vida había cambiado ese año, diferentes "cosillas" habían llevado a mis padres a separarse un tiempo, lo cual me tenía a caballo entre vivir con mi madre y los fines de semana que los pasaba con mi padre. Como suele pasar en estos casos, ambos intentan aprovechar el tiempo que pasan contigo, por tanto mi madre entre semana me llevaba al cine una tarde y mi padre los fines de semana, para un niño de 9 años era genial. Ese fin de semana habían estrenado Indiana Jones y La Última Cruzada, y mi padre me llevo al ya extinto Multicines Ámerica a verla. Recuerdo con gran cariño aquel cine, pues en aquel cine vi algunas de las mejores películas de mi infancia. Recuerdo con gran cariño las colas que daban la vuelta a la esquina del cine para sacar una entrada, y cuando te acercabas a la taquilla, aquel mural donde exponían fotos de cada película que proyectaban, lo cual hacía crecer tu "hype" antes de entrar. Las entradas de papel en las que sólo se indicaba el número de la sala, hacían que tenías que entrar rápido para coger un buen sitio. No logro recordar si era la sala 1 o la 2, pero seguro que alguna de ellas era, las grandes películas siempre iban a esas salas.
Hasta ese momento había visto trozos de En Busca del Arca Perdida (recordaba con gran cariño el final en el almacén donde guardan el Arca) y El Templo Maldito, era para mí una película medio prohibida por su nivel de oscuridad y alguna que otra escena como la del corazón en la mano, mis padres se cuidaban mucho de que tipo de cine veía. Cuando salí del cine mi percepción sobre el Dr. Jones era otra, necesitaba devorar todo lo que hubiese sobre ese hombre con sombrero y látigo.
De la película en si que comentar a esas alturas, un niño de mi edad se quedaba al sillón pegado con ese inicio del joven Inidiana luchando por el tesoro de El Dorado, la persecución en lancha por los canales de Venecia, la "huida" en zepeling, la lucha en el tanque por los desiertos de Tabernas, pero sobre todo las pruebas finales para conseguir el cáliz quedaron en mi memoria grabados a fuego. Por eso hoy en día es de esas películas que puedes ver una y otra vez que siempre te despierta sentimientos.

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